QUE NO TIEMBLE TU MANO -- Madeleine Peyroux: Walking After Midnight

Que no tiemble tu mano.
Empuñas el acero
a la luz blanca de la noche.
La humedad brilla en tu frente,
tu densa voz se quiebra
en la garganta. Callas.
Tu mirada se apaga.
Apenas piensas, es tarde,
todo está decidido.
Para mayor sigilo
te quitas los zapatos.
Y afirmando el pulso,
no sin dificultad,
por fin aciertas con la llave.
¡Demasiada cerveza!





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