BELLADONA -- Boney M: Sunny

Yo no era supersticioso, pero aquella bruja lo adivinaba todo. Me dijo que tuviera cuidado. Alguien cercano buscaría mi final y moriría envenenado por belladona. Me asusté, porque me dedicaba a la herboristería y cultivaba belladona. Vendí el negocio, me vine junto al mar, lejos de esa planta. Conocí a una mujer. Hemos sido felices. Ahora estoy diagnosticado de grave intoxicación por mercurio, parece que ingerido con el pescado que solemos cenar. Tengo mal pronóstico. Por ella estoy tranquilo, pronto encontrará un hombre porque sigue siendo muy guapa. El pescatero suele decírmelo, admirado y socarrón, siempre en valenciano: ¡bella dona! 






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