IGOR STRAVINSKY, COCO CHANEL, ORSON WELLES Y LESLIE CARON
HIGOS STRAVINSKY, LA MUERTE DE IGOR STRAVINSKY Y ALGUNAS MENUDENCIAS
El meollo de mi recuerdo debió acontecer allá por 1971. En abril había muerto Igor Stravinsky. Puede ser que el noticiario cinematográfico, el Nodo, lo comentase. Y pude yo enterarme, más o menos, de esa noticia mientras esperaba el comienzo de la película, acaso sentado en una incomodísima silla de madera de algún cine de verano. Pero no es imposible que el primer episodio (agazapado desde entonces entre las fibras más antiguas de mi memoria) hubiera sucedido antes, porque en 1965 se hizo en el Reino Unido la película Stravinsky, el último adiós, donde Stravinsky dirigía una orquesta que interpretaba su propia música. ¿Es posible que yo pudiera ver algo de esa película, siquiera un fragmento, en aquellos años? El último momento, el que mejor recuerdo, el que sirvió de anzuelo para sacar a la superficie los recuerdos más antiguos, sucedió allá por el verano de 2009 o 2010. En el cine de verano, mientras mi hijo el pequeño distraía su aburrimiento comiéndose un bocadillo, vi (mejor o peor, porque el sueño me venció en varias ocasiones) la película francesa Coco Chanel & Igor Stravinsky. El caso es que, hacia el final, perdí el equilibrio, desperté y recordé confusamente, mezcladas y como superpuestas, las imágenes de un sueño en el que deformadas y extrañas visiones de Stravinsky dirigiendo una orquesta continuaban con la noticia de su muerte y con el propio Stravinsky intentando estrangular con una bufanda a Coco Chanel. Y al levantar la vista leí, o creí leer, en uno de los carteles de publicidad que había en las paredes, el fantástico anuncio de una empresa frutera: "Higos Stravinsky". No he vuelto a pisar un cine de verano.
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Aquí abajo, para que se hagan una idea, incluyo una foto de Stravinsky (precisamente leyendo un relato de los que se sugieren en la tertulia), un fotograma de la película francesa Coco Chanel & Stravinsky (justo cuando Stravinsky intenta convencer a Coco para que le acompañe a la tertulia) y, finalmente (y cambiando de tercio ma non troppo) una fotografía de Orson Welles en compañía de la actriz Leslie Caron, favorita de nuestro querido contertulio Adolfo Celdrán, en el preciso momento en que se dirigen a la tertulia y están identificando el hotel Abba para decirle al taxista que les deje en la puerta.
El meollo de mi recuerdo debió acontecer allá por 1971. En abril había muerto Igor Stravinsky. Puede ser que el noticiario cinematográfico, el Nodo, lo comentase. Y pude yo enterarme, más o menos, de esa noticia mientras esperaba el comienzo de la película, acaso sentado en una incomodísima silla de madera de algún cine de verano. Pero no es imposible que el primer episodio (agazapado desde entonces entre las fibras más antiguas de mi memoria) hubiera sucedido antes, porque en 1965 se hizo en el Reino Unido la película Stravinsky, el último adiós, donde Stravinsky dirigía una orquesta que interpretaba su propia música. ¿Es posible que yo pudiera ver algo de esa película, siquiera un fragmento, en aquellos años? El último momento, el que mejor recuerdo, el que sirvió de anzuelo para sacar a la superficie los recuerdos más antiguos, sucedió allá por el verano de 2009 o 2010. En el cine de verano, mientras mi hijo el pequeño distraía su aburrimiento comiéndose un bocadillo, vi (mejor o peor, porque el sueño me venció en varias ocasiones) la película francesa Coco Chanel & Igor Stravinsky. El caso es que, hacia el final, perdí el equilibrio, desperté y recordé confusamente, mezcladas y como superpuestas, las imágenes de un sueño en el que deformadas y extrañas visiones de Stravinsky dirigiendo una orquesta continuaban con la noticia de su muerte y con el propio Stravinsky intentando estrangular con una bufanda a Coco Chanel. Y al levantar la vista leí, o creí leer, en uno de los carteles de publicidad que había en las paredes, el fantástico anuncio de una empresa frutera: "Higos Stravinsky". No he vuelto a pisar un cine de verano.
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Aquí abajo, para que se hagan una idea, incluyo una foto de Stravinsky (precisamente leyendo un relato de los que se sugieren en la tertulia), un fotograma de la película francesa Coco Chanel & Stravinsky (justo cuando Stravinsky intenta convencer a Coco para que le acompañe a la tertulia) y, finalmente (y cambiando de tercio ma non troppo) una fotografía de Orson Welles en compañía de la actriz Leslie Caron, favorita de nuestro querido contertulio Adolfo Celdrán, en el preciso momento en que se dirigen a la tertulia y están identificando el hotel Abba para decirle al taxista que les deje en la puerta.
Agosto 2016
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