Luis Suárez Fernández, Los creadores de Europa / Vendredi sur Mer: L'histoire sans fin

<<En torno al año 580 de nuestra era coincidieron en Contantinopla dos hombres cuyo trabajo resultaría decisivo en la construcción de "europeidad". [...] Uno, llamado Gregorio, venia de Italia y el papa Pelagio II le había pedido el sacrificio de abandonar el monasterio de San Andrés -en realidad su casa patrimonial en el Celiomonte- a fin de que, ordenado de diácono, le sirviera como apocrisiario (embajador) ante el emperador Tiberio Constantino, de quien Roma aún dependía, recabando medidas que permitieran eliminar el peligro que significaban los longobardos. El otro, Leandro, de familia noble hispanorromana, era ya arzobispo de Sevilla y su viaje obedecía a motivos no menos importantes. Hermenegildo, asociado al trono por su padre Leovigildo, rey de los visigodos, acababa de abandonar el arrianismo, signo de identidad de su nación, y se temían muy serias consecuencias, también en este caso se esperaba una intervención pacificadora del basileus, que conservaba bajo su dominio algunos territorios españoles, en torno a Cartagena>>.

<<Los monjes, a través de la dura experiencia que para ellos significaba la búsqueda de Dios, consiguieron proporcionar a los europeos la unidad que significaba el uso del latín, como medio preclaro de comunicación intelectual, y por esta causa trabajaron para recoger cuanto les era posible del saber antiguo, ampliando, mediante copias, sus bibliotecas. Son muy pocos los textos nuevos que han podido incorporarse a aquellos tesoros>>.

Luis Suárez Fernández, Los creadores de Europa: Benito, Gregorio, Isidoro y Bonifacio, Pamplona, EUNSA, 2005; p. 16, p. 104. 

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