Francis Vian, La religión griega en la época arcaica y clásica / Lila Downs: Urge

   "En lo único en que se ha alcanzado unanimidad es en lo relativo a Zeus, en quien se ve una prolongación de un Dyēus indoeuropeo. Dyēus es, por su etimología, el dios del cielo diurno; de forma más general, es el señor supremo del  tiempo, armado con el trueno y asistido por el pájaro-rayo, águila en Grecia. Además, ostenta ciertas funciones sociales,  encarna a la soberanía y protege a la familia patriarcal, lo que le hace merecedor del título de Padre que lleva en Roma, Iliria, Grecia y en la India. Sin embargo, el Zeus griego no es puramente indoeuropeo; ya que ha adoptado ciertos rasgos de los dioses fulgurantes de Oriente (Hadad, Teshub, Ba'al) e incluso del joven <<dios que muere>> de la religión cretense. La compañera de Zeus, Diwia-Dione, que será sustituida por Hera, pudo haber pertenecido al círculo de Dyēus, como los dioses latinos Jano y Juno.

   Los indoeuropeos poseían también un dios soberano, terrible y Mago, antitético de Dyēus: es el Varuna indio, al que sin duda corresponde el helénico Urano. En Grecia la pareja está diferenciada y Urano está relegado entre los dioses ociosos. Entre los restantes dioses presuntamente indoeuropeos cabe citar, a lo más: Hestia, la diosa del hogar, a pesar de que su relación con Vesta sea difícil; los Dioscuros caballeros que evocan a los Açvins de la India (los prehelenos también tuvieron sus gemelos divinos); Palas, es decir, la Virgen, que recuerda a las feroces Walkirias germanas; los dioses del Sol (Helios) y de la Aurora (Eos).

   "El dionisismo es un fenómeno tan complejo como el mismo Dioniso. Si en ciertos aspectos supo compenetrarse con la religión cívica, en otros aparece como una fuerza temible que amenaza la salud y el equilibrio del cuerpo social. Dioniso, en efecto, experimentó la influencia del chamanismo. Este hombre-dios, que gusta de vivir en Tracia y en Asia, es un maestro ilusionista; es capaz de metamorfosearse cuando quiere, de aparecer simultáneamente en varios sitios, entrar en trance y comunicar su delirio a sus fieles. [...] Con frecuencia se relacionan las orgías dionisíacas con el culto extático al árbol tal como se conoce en la religión minoica. [...] Pero las orgías báquicas sólo se celebran cada dos años, según un ritmo trietérico que no concuerda con una interpretación agraria. Es más probable que desde su origen fueran ceremonias místicas de las que se esperaría una revelación sobrenatural; [...] La homofagia señala el punto culminante de esta comunión mística, pues el animal cuyos jirones sangrantes se devoran no es otro que Dioniso". 

Francis VIAN, "La religión griega en la época arcaica y clásica", en Henri-Charles PUECH (dir.), Las religiones antiguas II, Madrid, Siglo XXI, 1977, pp. 238-347 (citas: pp. 250-251, 328-330). 

https://youtu.be/N74oanqa9k8  Lila Downs: Urge