Duchesne: Verdad. Magos. Antiguo Irán / Loquillo: Creo en mi

     "La entidad Aša, la Justicia, que se traduce generalmente como Rectitud o Verdad, es etimológicamente idéntica a la arta del antiguo persa y, en la India védica, a ṛtá
     Esto ha sido objeto, por parte de Lüders, de un importante trabajo que, encontrado en 1945 en las minas de sal donde había sido escondido, fue publicado después de la muerte del autor. [...] Lüders parte de la constatación de que en sánscrito clásico, ṛtá significa siempre y claramente <<verdad>>. A partir de lo cual demuestra que tal sentido existía ya en védico, con más testimonios de los que se había supuesto. Además, en muchos pasajes, ṛtá es sinónimo de brahman, es decir, de himno cultual.  <<Ṛtá es todo enunciado verdadero referido al dios, sus poderes y sus proezas>>.
      A la vez que este primer significado, hay otro también muy documentado: <<potencia cósmica>> Según Lüders, este segundo se deriva del primero gracias a la práctica muy conocida, satyakriya, que consiste en que para obtener el favor de un dios, se enuncia una verdad.   [...]  Podemos concluir que tanto el Irán como India nos presenta un término que debió significar primeramente <<el enunciado verídico>>; que este enunciado, porque era verídico, debía corresponder a una realidad objetiva, y por tanto material; que, al igual que el discurso, esta realidad debía abarcar todas las cosas; y que, en fin, ya que toda cosa acontecía por ella, se reconoció en ella a un gran principio cósmico.  [...]
    En lo sucesivo, al igual que ṛtá significaba primariamente <<verdad>>, Aša, en la traducción que da Plutarco (sin duda siguiendo a Teopompo), es Aletheia".  

      "Los Magos. Originariamente eran una tribu meda, según el testimonio de Heródoto. No enterraban ni quemaban a sus muertos, sino que los exponían a los buitres. Practicaban el matrimonio consanguíneo, eran especialistas en oniromancia, astrología, magia. Tenían una concepción dualista del mundo, distinguiendo entre los animales a los que había que preservar y a los que había que matar. Cuando Darío consiguió reprimir a Gaumata, lo asesinó junto con algunos magos más y el acontecimiento fue en lo sucesivo conmemorado por una fiesta llamada Occisión de los Magos.  Sin embargo, su influencia no cesó de incrementarse en el estado, hasta el punto que Heródoto pudo escribir que no era lícito ofrecer un sacrificio sin la ayuda de un mago; lo cual quiere decir que habían obtenido el monopolio de la religión". 

Jacques DUCHESNE-GUILLEMIN, Irán antiguo y Zoroastroen Henri-Charles PUECH (dir.), Las religiones antiguas II, Madrid, Siglo XXI, 1977, pp. 406-490


https://youtu.be/wdHTBc2RLt0   Loquillo: Creo en mi



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