Altamira, Los elementos de la civilización y del carácter españoles

“Consecuencias también de esa falta de solidaridad en función de los intereses generales de la patria, son dos hechos evidentes de nuestra vida política: 1º, que cada gobernante estima como su principal y más urgente deber derogar todo o casi todo lo que hizo el anterior a él, sin pararse a estudiar si algo de lo que hizo el antecesor, aunque sean muy contrarias las respectivas posiciones políticas, encierra cosas útiles para el país o corrige defectos que a todos conviene que desaparezcan; 2º, que se oponga una resistencia invencible a la colaboración de los diferentes partidos políticos en cualquiera circunstancia en que sea necesaria para beneficio de la patria y para la paz interior y por consiguiente el no aprovechamiento de los valores sociales en las cuestiones que están por encima de las diferencias doctrinales y que permiten a todos una desinteresada y digna cooperación.  [...]  Esa falta de solidaridad no es menos grave cuando se produce dentro de una región o de un municipio y en materias que deberían interesar a todos los hombres que viven en esos territorios, puesto que su abandono redundaría en perjuicio de todos los individuos”.

Rafael Altamira, Los elementos de la civilización y del carácter españoles, 2ª ed., Buenos Aires, Losada, 1956 (pp. 76-77).