Dashiell Hammett, El halcón maltés / Eartha Kitt: Uska Dara
"Un aire frío y mojado entraba por dos ventanas abiertas, trayendo consigo el bramido de la sirena contra la niebla de Alcatraz, media docena de veces por minuto. Un despertador de ruin metal, con inseguro acomodo sobre una esquina de Casos criminales famosos de los Estados Unidos, de Duke, boca abajo, marcaba las dos y cinco".
"Los jugadores muertos no tienen amigos".
"Los jugadores muertos no tienen amigos".
Dashiell Hammett, El halcón maltés, Madrid, Alianza Editorial, 1989, 245 p.
https://youtu.be/sVXFDtC_gqk Eartha Kitt: Uska Dara
Tal vez el libro que es flor de un día, flor y ramillete de sangrientos y crueles asesinatos yacía encima de la meseta de noche en un inestable equilibrio para que se cumpliera la Ley de Murphy, y como tostada untada y untosa, de un manotazo adormilado cayese en el suelo de madera. Allí, la mantequilla, por el calor del verano (tan favorable a los asesinatos pasionales) fundida y olorosa dibujaría una macha de icor blanco que no brillaría con la luz ultravioleta. Sospechoso de todo, el libro en el suelo, silencioso testigom acusador sería rodeado de un bello circulo de tiza por el estrafalario médico forense o médica forense (que en esto el narrador, tan puntilloso para detalles baladíes, pasó como de puntillas como si supiese o quisiese no entrar en berenjenales de dudoso beneficio).
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLos jugadores muertos no tienen amigos y sus enemigos juegan a las tabas con sus astrágalos.
ResponderEliminar