Miguel Delibes, El disputado voto del señor Cayo

"- Diga usted, ¿no habrá por aquí un local donde reunir a los vecinos?

- ¿Qué vecinos? - preguntó el hombre.  

- Los del pueblo.

- ¡Huy! - dijo el viejo sonriendo con represada malicia-: para eso tendrían ustedes que llegarse a Bilbao.

- ¿Es que sólo queda usted aquí? 

- Como quedar - dijo el viejo indicando con la escriña la calleja - también queda ese, pero háganse cuenta de que si hablan con ese no hablan conmigo. De modo que elijan. 

Rafa, tras Víctor, le dijo a Laly a media voz: <<Ahora sí que la hemos cagado>>. Sacó del bolsillo del pantalón un paquete de tabaco y ofreció al hombre un cigarrillo:

- Gracias. No gasto.

Víctor insistió:

- ¿De modo que sólo quedan ustedes dos?

- Ya ve, y todavía sobramos uno. Aquí contra menos somos, peor avenidos estamos.

Víctor puso el pie derecho en el poyo de la puerta y se acodó en el muslo. Dijo forzadamente, con notoria incomodidad:

- En realidad nosotros sólo pretendíamos charlar un rato con ustedes, informarles.

Brilló de nuevo el asombro en las pupilas del viejo: 

- ¡Tóo!, lo que es por mí, ya puede usted informarme.

La cabeza de Víctor osciló de un lado a otro:

- Bueno -dijo, al cabo- así, en frío, mano a mano, no es fácil, compréndalo... Pero, en fin, lo primero que debemos decirle es que estas elecciones, las elecciones del día 15, son fundamentales para el país.

- Ya - dijo lacónicamente el viejo.

- O sea, que es una oportunidad, casi le diría la oportunidad, y si la desaprovechamos nos hundiremos sin remedio, esta vez para siempre.

El rostro del viejo se ensombreció. Parpadeó por dos veces. Se tomó un poco de tiempo antes de preguntar:

- Y ¿dónde vamos a hundirnos, si no es mala pregunta?" 


Miguel Delibes, El disputado voto del señor Cayo, Barcelona, Destino, 1979 (1ª edición 1978). 


https://youtu.be/zzt-GcbHivs   Jorge Negrete: Ay, Jalisco no te rajes

Lugar: un pueblo deshabitado de Castilla. Época: 1977, campaña electoral de las primeras elecciones tras la muerte de Franco, las del 15 de junio. Personajes: tres políticos que recorren la provincia pidiendo el voto para su partido y el señor Cayo, un lugareño que en un breve rato pasa de ser un viejo ignorante al que los políticos han de salvar a ser un hombre sabio y hábil, profundo conocedor de la tierra, de las plantas, de los animales y de los mil trabajos y técnicas tradicionales que se transmitieron entre generaciones hasta que cambió la economía y los pueblos y aldeas se vaciaron. Hace 43 años Delibes explicó magníficamente el despoblamiento que afecta a muchas comarcas y a regiones, que se ha incorporado a la agenda política y mediática recientemente. En las primeras páginas se describe con acierto el ambiente de aquel tiempo y el espíritu de los militantes y candidatos de los partidos recientemente constituídos o legalizados, una mezcla de presunción, ignorancia, ambición, vocación, ilusión y oportunismo. 





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