Julio Caro Baroja, Las brujas y su mundo - El sentido mágico de la existencia

    "Las consecuencias que trae a una sociedad el hecho de que se crea objeto de actos mágicos constantemente son incalculables, pues todo su sistema de sanciones, religiosas o legales, debe ajustarse al que podríamos llamar sentido mágico de la existencia.

   En este libro uno de los temas será el de describir a base de qué experiencias terribles y dolorosas han podido las sociedades europeas extirpar de sus sistemas legales, de sus códigos de justicia tal sentido mágico de la existencia, la <<magicalidad>> misma y la noción de los crímenes de Magia, Hechicería y Brujería. Así pues, el tema que abordamos, que a algunos les parecerá a primera vista intrascendente y hasta ridículo, tiene más enjundia o meollo del que éstos creen". 

   "Fórmulas mágicas para obtener cosas útiles y beneficiosas se encuentran en los libros de autores de los más austeros y severos que dio Roma; conjuros y composiciones de sentido oscuro pero de aire conminatorio se recogen en tratados de Agricultura y Medicina: también en textos sacerdotales relativos a ciertos cultos y ritos.  A veces, un punto de incredulidad hizo ya que escritores latinos, en los mismos tratados técnicos, aconsejaran a labradores y gentes del campo que no se dejaran llevar por lo que les dijeran los adivinos y hechiceros de diferente pelaje y origen, o por las mujeres a las que se denominaba <<sagae>>". 

   "El mundo de la Magia maléfica es el mundo del deseo, del deseo sin freno puede decirse. Las grandes figuras de hechiceras de la tragedia griega se nos presentan como dominadas por una pasión fiera. Medea, después de haber traicionado a los suyos, encendida por un amor ciego a Jasón, trueca su amor en odio cuando sabe que Jasón ama a otra mujer. Su venganza es horrible". 

    "Las leyes paganas condenan de modo formal todo uso de la Magia hecho con fines maléficos. Desde las más antiguas de Roma hasta las últimas que pueden atribuirse a autoridades que aún no profesaban el cristianismo. Tácito nos ha dejado una pintura magistral del terror producido en Roma cuando se encontraron los hechizos (considerados algunos como <<devotiones>>) que se creyó produjeron la enfermedad de Germánico. Ammiano Marcelino, por su parte, nos habla de las persecuciones practicadas por delitos de Magia en las épocas de Constancio y de Valente y Valentiniano I". 

Julio Caro Baroja, Las brujas y su mundo, Madrid, Alianza Editorial - Ediciones del Prado, 1993; pp. 35, 38 (capítulo 2), 53, 63 (capítulo 3). 




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