August Derleth, La máscara de Cthulhu

"Y entonces ocurrió lo que jamás podré olvidar: la repentina y espantosa degeneración de su voz, que empezó como a desplomarse y se transformó en un barboteo infernal; porque los sonidos que llenaban el hilo eran bestiales e inhumanos -balbuceos aterradores y sonidos toscos, brutales y babeantes, algunos de los cuales se repetían una y otra vez-, y yo escuchaba, sumido en un horror cada vez mayor, aquel triunfante balbuceo:  ¡Iä. Iä. Hastur. Ugh, ugh. Iä, Hastur cf'ayak' vulgtmm, vulgtlagln, vulgtmm, vulgtmm. Ai. Shub-Niggurath. Hastur, Hastur cf'tagn. Iä. Iä. Hastur!

"Pero ellos no podían conocer el secreto que sólo yo conocía, el secreto que Amos Tuttle debió e adivinar entre las sombras de sus horas de agonía, lo que Paul Tuttle supo demasiado tarde: Que el refugio que buscaba Hastur el Innombrable, el cobijo prometido a Aquel que no ha de ser Nombrado, no era el túnel, ni siquiera la casa, sino el cuerpo y alma del propio Amos Tuttle, y a falta de éstos, la carne viviente y el alma inmortal de aquel que vivía en la casa maldita del camino de Aylesbury". 

"Todas las casas, como sabe cualquier persona sensible, tienen su propio temple. No se trata sólo del olor de la madera o del ladrillo, o de la piedra vieja y la pintura... No, es también lo que queda de la gente que vivió en ellas y de los acontecimientos que se han producido entre sus muros". 

August Derleth, La máscara de Cthulhu, Madrid, Alianza Editorial, 1988.

https://youtu.be/Qqhi-BqhZdE   Luis Eduardo Aute: Pasaba por aquí 

¡Ah, las viejas historias lovecraftianas! Pasadas por el tamiz de Augusth Derleth resultan algo más ordenadas y ajustadas a la dualidad bien - mal. Pero todos sabemos que los Primigenios, los Arquetípicos y los Dioses Otros no se someten a sistema alguno. Que se lo pregunten a Nyarlathotep, el caos reptante, del que por cierto no encuentro mención en este libro. 




Comentarios

  1. Realmente te han tocado con sus dedos los Primigenios. Pensaba preguntarte si detectabas diferencias entre el maestro y el epígono. Ya lo hiciste. Gracias

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  2. Éρποκαος. Caos reptante. Bella imagen. Erpo es herpes. Claramente lo que te sucede si reptas caóticamente donde no debes. La etimología, aunque falsa es etimológicamente fosforescente.

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  3. Obsérvese el acúmulo de guturales en el monstruoso lenguaje bárbaro que casi babea.

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