J. Caro Baroja, Las brujas y su mundo - Crisis de la brujería en el Barroco. Friedrich von Spé.

  "Los historiadores y los antropólogos han hablado del espíritu de cada época y del espíritu de cada pueblo [...] es en la época del Barroco cuando podemos decir que sobreviene la gran crisis de la Brujería.    Esta crisis tiene dos manifestaciones claras. De un lado las voces de los que niegan la realidad de los actos de brujos y brujas se hacen más abundantes y fuertes. De otro, la Brujería en sí deriva con frecuencia a formas distintas y se complica con los llamados estados de posesión demoníaca [...].

   En algunas historias generales de la Brujería y de la Magia suele decirse que una de las personas que influyeron de modo más fuerte para combatir las ideas comunes en el siglo XVIII todavía y que costaban tantas vidas, fue el jesuita alemán padre Friedrich von Spé o Spee (1591-1635). [...]    Spé no negaba la posibilidad de los actos mágicos ni la intervención del Demonio en la vida humana. Pero al poner a la cabeza de su obra el versículo del Ecclesiastés que dice <<Vidi sub sole in loco judicii impietatem et in loco justitiae iniquitatem>> se entiende que reducía el asunto a un problema de justicia mal administrada. En la denuncia, inculpación y testificaciones halla abusos grandísimos ya que en un momento dado todos los indicios son buenos para infamar a una persona incluso el exceso de piedad exterior. Los calumniadores y los imbéciles hacen autoridad; la fama pública se ceba sobre pobres mujeres lo mismo si la combaten que si se resignan a aceptar el dictado infamante.    Pero con la detención preventiva, los interrogatorios y las inspecciones previstas para encontrar manchas, marcas, señales diabólicas, operación que se encomienda a verdugos y gentes indoctas, las persona acusada ha empieza a ser tratada como culpable real. La tortura y las pruebas de otra índole hacen que las acusaciones falsas proliferen: muchas veces sugeridas por los mismos que se atribuyen la autoridad de reglamentar tales torturas e incluso de inventar algunas nuevas. De nada valen retractaciones posteriores. Los encargados de esta justicia extraordinaria tienen que descubrir reos y delitos para justificar su labor. [...]" 

   [Friedrich von Spé, Cautio criminalis, seu de processibus contra sagas liber, Francfort, 1632]

   "Aquí tocamos un punto esencial de la teoría de la Brujería y de la Hechicería en sus líneas generales. Porque hay derecho a pensar que así como entre los primitivos es una resultante de situaciones en que impera una concepción pesimista de la existencia, es decir, que se incrementa la creencia en ella cuando hay plagas, enfermedades y catástrofes, que afectan al individuo y a la colectividad, así también entre las personas que en la Edad Media y después se hallaban más dominadas por visiones pesimistas debía hacer más cebo la convicción de la omnipresencia de las brujas. La Brujería en lo que tiene de manía persecutoria, como el antisemitismo, puede ilustrarse a la luz de la teoría psicoanalítica de la proyección. Los encargados de juzgar a las brujas [...] formaban parte del sistema que pretendían destruir: en el fondo eran brujos vueltos  del revés [...]"       "Hubo un momento así en que el complejo problema de la Brujería quedó reducido al examen del hecho más problemático que se atribuía a brujos y brujas, a saber: el de los vuelos y transformaciones enderezadas a asistir al Sabbat. Y una vez que se comprobaba que tales vuelos y transformaciones eran irreales se llegaba a la conclusión de que todo lo demás también lo tenía que ser por fuerza. El pensamiento experimental se contentaba, pues, con despejar la primera incógnita para resolver el problema milenario". 

   "Todas estas ideas no ejercieron aún influencia sobre muchos jueces y otras personas responsables de la administración de justicia que no solo durante el siglo XVII, sino también durante el XVIII, condenaron a la hoguera a brujos y brujas, de acuerdo con el criterio de Sprenger, etc. Y ello, según se ha dicho y repetido, más en países protestantes que en países católicos". 

Julio Caro Baroja, Las brujas y su mundo, Madrid, Alianza Editorial - Ediciones del Prado, 1993; capítulo 16 "La gran crisis" (pp. 250-258). 



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