Truman Capote, Desayuno en Tiffany's

    "Pero nuestra relación personal no empezó hasta septiembre, una noche atravesada por los primeros y fríos estremecimientos del otoño. Yo había ido al cine, regresado a casa, y estaba acostado con un bourbon y el último Simenon: lo cual constituía hasta tal punto mi ideal de comodidad que no conseguí entender cierta sensación de inquietud que fue creciendo poco a poco, tanto que llegué a oír mis propios latidos. Era una sensación acerca de la cual había leído y hasta escrito, pero que jamás había experimentado. La sensación de estar siendo vigilado. De una presencia invisible. Luego: un repentino golpeteo en la ventana, el vislumbre de un gris fantasmal. Derramé el bourbon. Transcurrieron unos momentos antes de que tuviera arrestos para abrir la ventana y preguntarle a Miss Golightly qué quería. 

   -Tengo abajo a un hombre horripilante- dijo, saltando de la escalera de incendios al interior de la habitación". 

    "Necesitarás unos cuatro segundos para ir de aquí a la puerta. Te concedo dos". 

Truman Capote, Desayuno en Tiffany's, Barcelona, Anagrama, 2000 (1987); Breakfast at Tiffany's, Nueva York, Random House, 1958

https://youtu.be/b_SUNDJT9DY  Bob Dylan: Hurricane 

El libro es delicioso. Y la película también (1961, dirigida por Blake Edwards, con Sam Peppard y Audrey Hepburn como protagonistas; entre los secundarios José Luis de Vilallonga). 






Vilallonga con Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes



Comentarios

  1. Sin duda es una gran película. No he leído el libro. El personaje del gigoló escritor es una bella síntesis e imagen de que todo "intelectual" debe prostituirse de alguna manera para poder comer. Unas son más agradables que otras.

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