Julio Caro Baroja: sobre el alcance y límites de la evolución
"Ya en el siglo XVII y en términos filosóficos, se empieza a utilizar una palabra que hoy es de uso común: y por lo mismo ambiguo e impreciso con mucha frecuencia. Esta es la de <<Evolución>> [...] corresponde a determinada concepción filosófica que se da en mentes de varios pensadores de los siglos XVII y XVIII, que empiezan a tener dudas, más o menos manifiestas, respecto a la inmutabilidad del mundo orgánico natural y también en punto a la de las formas de vida y cultura humanas a lo largo del tiempo. [...] Kant especuló sobre el desarrollo cultural y biológico, y de modo distinto, a veces muy sistemático, lo hicieron, en el campo cultural, hombres como Condorcet (1743-1794) [...] Pero la concepción filosófica precede, sin duda, a la búsqueda de las pruebas para hacer del Evolucionismo una Filosofía, o lo que afirmaba J. S. Huxley en fin: un hecho incontrovertible.
En ciertas exposiciones se asocia el <<Evolucionismo cultural>> al orgánico de una manera absoluta. Pero esto puede ser discutido. [...] En las obras del que, sin duda, contribuyó más a generalizarla, Herbert Spencer (1820-1903), la palabra no alude ya a una idea filosófica como puede haerlo en el siglo XVIII, sino que se refiere a una Filosofía entera y total [...] la ley general a la que quería aludir lo mismo comprendía a la Naturaleza que a la Cultura y como tal se enuncia con este carácter de legalidad absoluta.
<<Evolución es el tránsito de un estado inconexo a otro más conexo>>: lo mismo en Cosmogonía (hipótesis de la nebulosa) que en Sociología. Es el <<tránsito de un estado más homogéneo a otro menos homogéneo>>: lo mismo en los organismos que en las razas. <<Es un tránsito de lo indeterminado a lo determinado>>. [...] Esta definición se establece de modo inductivo: pero se pretende apoyar con pruebas. No cabe duda de que lo que se obtiene se funda en nuevas manipulaciones de un vocabulario abstracto y en un manejo de algunos datos sobre bases hipotéticas, demasiado hipotéticas y personales. [...]
Spencer pensaba que la Evolución social suponía la existencia de unas hordas primitivas no diferenciadas entre sí y que la <<individualización>> era su ley. Las emociones dominaban al hombre primitivo: la inteligencia, el patrimonio del civilizado, más inteligente cuanto más <<evolucionado>>. [...] Todo esto parece hoy el sueño de un individualista extremo, de un liberal radical del sigo XIX, un siglo dominado, acaso más que ningún otro, por la fe en el Progreso. Spencer, sin embargo, predijo <<a coming Slavery>> si no se ponían límites a poderes de parlamentos y organismos similares".
[...] Si se considera como concepción filosófica, hay que aceptar que el <<Evolucionismo cultural>> tiene un punto de arranque y conduce a unos resultados distintos a los que paralelamente puede conducir el Evolucionismo orgánico darwiniano según varios antropólogos que aceptan que existe. [...] Los mayores enemigos de él admiten que el estudio de la cultura material da apoyo fuerte a la idea de que hay un proceso de perfeccionamiento y de mejora perceptible en el campo de la Técnica en general, y reconocen la existencia de etapas históricas de desarrollo técnico. Pero en otros órdenes no ven la cosa tan clara. La noción de Evolución tiene para ellos un sentido restringido y no se puede aplicar a muchos aspectos de la Cultura. Por otro lado, la Historia habla claramente de procesos de decadencia y degradación humana de todas suertes. [...] Porque el siglo XX ha sido y es el siglo en que han ocurrido las guerras más bestiales y mortíferas de la Historia, con armamentos más perfectos; las revoluciones y contrarrevoluciones más sangrientas y terroríficas, apoyadas en un gran aparato técnico; la especulaciones económicas más viles, utilizando los adelantos en Farmacología y obteniendo con ello los beneficios más cuantiosos, produciendo el drama de la droga, y las presiones más tiránicas son llevadas a cabo por grupos ensoberbecidos e inteligentes sobre el individuo. Por otro lado es más que dudoso que en actividades artísticas, como la Pintura, la Arquitectura y la Música, los recursos técnicos (a veces mayores y nuevos) den como consecuencia mayor perfección en las obras. En otras palabras, hay derecho a dudar de que la Escultura actual sea intrínsecamente mejor que la griega del siglo V a. de J. C., que la Pintura actual sea mejor que la del siglo XVI italiano o el XVII español u holandés, y que la Música de hoy sea, como producto de una <<Evolución>>, mejor que la alemana o italiana de los siglos XVIII y XIX".
Julio Caro Baroja, Los fundamentos del pensamiento antropológico moderno, Madrid, CSIC, 1985 (pp. 61-69).
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