Julio Caro Baroja: sobre el sentido de la Historia

 "La noción de <<Evolución>>, más o menos mecánica y materialista, se ha aplicado a algo que no son sólo las Ciencias Naturales: se ha aplicado también a la Historia cultural y social del hombre. Los marxistas y socialdemócratas en general, ya hace más de cien años consideraron al Evolucionismo (el Evolucionismo en su forma darwiniana, podemos precisar) como algo suyo [...]  Esto se une a la fe en un Progreso o realización de objetivos progresiva que arranca de tiempos anteriores a Darwin, de distintas teorías filosóficas del siglo XVIII, incluyendo las del mismo Kant y los idealistas alemanes. [...]

   En cualquier caso, dentro de su ciclo de existencia, la especie por un lado y el individuo por otro, obedecen a un plan que existe por sí mismo y que no puede destruir ningún razonamiento de carácter teleológico o de los que se utilizan por los <<creacionistas>> a la vieja usanza, o de aire mecanicista que sería el propio de los evolucionistas al estilo popular. Hoy son muchos los que no creen (o no creemos) en que la única meta esté en el hombre. Menos todavía que las transformaciones experimentadas por la Tierra y en la Tierra durante millones de años, los cambios de clima, cataclismos, desaparición de especies, aparición de otras, tengan un sentido de perfectibilidad constante. [...] 

   Nosotros también, aquí y ahora, no somos nada más ni nada menos que lo que somos. Si con relación al <<Homo erectus>> conservamos algo del plan que aquél tenia, no vamos a lamentarlo, ni tampoco a enorgullecernos porque no conservemos otros rasgos. Con respecto a hombres que vivieron en Mileto hace sólo 2.500 años, podemos sentirnos ligeramente cortos de mollera. también pensando en el viejo Kant, tan cercano... y tan lejano a la par.

   Y pensando ahora en términos históricos nos encontramos con algo parecido a lo que pasa en relación con las Ciencias Naturales. El concepto de Historia Universal, desde hace mucho, acaso desde el tiempo de Polibio, se ha cargado de un sentido ascendente, de suerte que a la Historia se le da una marcha hacia, con independencia de los aconteceres particulares y de las vidas individuales. Este sentido se halla perfectamente dibujado, mucho después, en obras como la de Hegel, de la que dependen las de otros autores más populares hoy. La <<marcha a>>, ha condicionado revoluciones, contrarrevoluciones, gobiernos y regímenes. Todos expresivos de una <<fe histórica>> y apoyados en la fuerza".

Julio Caro Baroja, Los fundamentos del pensamiento antropológico moderno, Madrid, CSIC, 1985 (pp. 12-15).