Gonzalo M. Borras, El Arte Gótico

    "Las transformaciones artísticas del siglo XII, en vísperas del nacimiento del arte gótico, arrancan de la polémica estética que enfrentó a dos abades, cuando todavía los monasterios tenían un peso decisivo en la evolución del pensamiento medieval: San Bernardo de Claraval y Suger de Saint-Denis.  

     [...]  San Bernardo, en su famosa Apología a Guillermo de Saint Thierry, escrita hacia 1121-1124, arremete contra los excesos ornamentales y figurativos del románico, considerándolos impropios de la austeridad monástica; pero la condena no es global, ya que San Bernardo introduce una diferencia esencial, que va a marcar toda la evolución del arte posterior. Reconoce los motivos de los obispos para que en las catedrales y en las iglesias parroquiales se dé cabida a los adornos materiales y al esplendor del oro y de las piedras preciosas para excitar la devoción del pueblo, que queda al cuidado espiritual de los obispos. Sin embargo, los monjes, que se han separado del pueblo y son hombres cultos y espirituales, no necesitan de tales halagos de los sentidos, debiendo imperar la austeridad en el monasterio. Esta diferencia básica marca la profunda separación entre la arquitectura cisterciense y el arte gótico.

   En el polo opuesto al pensamiento del Císter se encuentra la figura de Suger, abad de Saint-Denis (San Dionisio), abadía perteneciente al territorio real de Francia y donde se custodian el panteón real y las reliquias de los santos mártires. [...] Para Suger, que entronca con el pensamiento neoplatónico anterior, toda la realidad material participa de las cualidades divinas, y por ello la contemplación de la belleza material nos permite elevarnos al conocimiento de Dios. Esta interpretación anagógica fundamenta tanto la utilización de las vidrieras de colores en la arquitectura como del oro y las piedras preciosas en los relicarios y vasos sagrados: el resplandor y la luz de las cosas materiales son el claro reflejo de la luz divina". 

Gonzalo M. Borras, El Arte Gótico, Madrid, Anaya, 1990 (pp. 6-7). 

https://youtu.be/F8SuFbvUd7Y   Christian Scott: The Walk 






   

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