Melchor Fernández Almagro: sobre la Mano Negra

    "Las indagaciones del coronel Oliver, comandante-jefe de la Guardia civil de Jerez de la Frontera, en virtud de graves confidencias recibidas a fines de enero de 1883, dieron por resultado el descubrimiento -4 de febrero- en el Algarrobillo, lugar próximo a aquella ciudad, del cadáver de un trabajador del campo, Bartolomé Gayo, conocido por 'el Blanco de Benaocaz' y que, según las oportunas averiguaciones, había sido asesinado dos meses antes.

   El proceso incoado a los presuntos autores del crimen reveló la existencia de una siniestra organización, 'La Mano negra', que asistida de un llamado 'Tribunal popular', llevaba a sus últimas consecuencias la doctrina y los mandatos de la Federación regional española de la Asociación Internacional de los Trabajadores, anarquista, que había conseguido en Andalucía una extraordinaria cantidad de prosélitos. Abonaban el terreno para que la envenenada semilla prendiese y fructificase por modo terrible, dos factores de diversa condición, pero coincidentes en explicar el desarrollo de la 'acción directa' que La Mano negra preconizaba y servía: la desigual distribución de la propiedad, exasperando el antagonismo de clases, y la tradición, viva siempre, del bandolerismo, que en algunos casos presentaba las características de una bárbara y monstruosa forma de justicia social.

   La Mano negra era una sociedad secreta, implacablemente secreta. De ahí la dificultad, por nadie vencida, de estudiarla a fondo. La mayoría de los documentos que suelen aducirse son de dudosa autenticidad [...]

   Fiel a sus características de sociedad secreta y juramentada, la Mano negra dio reiteradas muestras de feroz actividad revolucionaria desde su fundación en 1874. En misteriosas circunstancias ardieron campos y cosechas y se perpetraron asesinatos [...] Fue el comandante Pérez Monforte, jefe  la sazón de la Guardia rural de Jerez de la Frontera, el primero en seguir la pista que conduciría al total descubrimiento de la repetida sociedad en 1883. [...] Todo se mezclaba en la Mano negra: el iluminismo ideológico, la degradación criminal, intuiciones de un nuevo orden social, bárbara sed de venganza, ruindades familiares...

   [...] El concepto meramente numérico de cuadrilla, establecido en el Código penal, quedó superado, en el caso concreto de la Mano negra, por el concepto orgánico del grupo, que estudian con ahínco los sociólogos y penalistas de nuestros días. Por las batidas de la Guardia civil en campos y sierras de la Andalucía Baja, al margen del proceso a que nos venimos refiriendo, se llenaron las cárceles, sobre todo de Cádiz y de Jerez de la Frontera, y hasta el punto de tener que habilitarse locales anexos o complementarios, cundiendo extraordinariamente la instrucción de sumarios y los correlativos autos de procesamiento, en armonía con las severas instrucciones comunicadas por el Gobierno.

    Sin complicaciones de ambiente no se concebiría la extensión alcanzada por ese tipo de delincuencia colectiva a que la Mano negra sirve de ejemplo. En cincuenta mil se cifró el número de sus asociados, y aunque el cálculo peque de excesivo, refractario en todo caso a la comprobación, es lo cierto que la Mano negra logró en la provincia de Cádiz una fuerza y un alcance que la propaganda de la Internacional no consiguieron en ninguna otra comarca del resto de España, y mucho menos aún en núcleos urbanos de importancia y en zonas industriales". 

Melchor Fernández Almagro, Historia política de la España contemporánea 1868/1885, Madrid, Alianza Editorial, 1968 (pp. 380-385). 

https://youtu.be/NMXXi3oHwCA   María Creuza: Você abusou






Comentarios

  1. Apasionante relato que es crònica periodística. Me recuerda la novela esa de la Barcelona anarquista de Mendoza. ¿Cuántas manos negras no hay en las novelas policíacas?

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  2. Esta situación de postración y rabia de las gentes ¿buenas? del campo es uno de los factores del cañamazo de nuestra malhadada GC?

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