Stanley G. Payne: sobre el régimen liberal en España

    "El liberalismo fue la ideología y el sistema dominante en el período de la modernización del siglo diecinueve. Desde entonces, los sectores políticamente activos de casi todos los países del mundo han luchado por establecer alguna forma de sistema parlamentario representativo que garantice un nivel aceptable de derechos legales individuales. [...] El ideario liberal de igualdad cívica, libertad y representación ha parecido frecuentemente una instancia irrenunciable al espíritu moderno, basado en un humanismo materialista inmanente y antitrascendental, que tiende a considerar la sociedad más como autodeterminadora que como determinada por el medio, la genética, la tradición o el pecado original.

   Sin embargo, si del dominio de los conceptos y esquemas liberales pasamos a lo que de hecho es un gobierno competitivo, parlamentario y responsable, y a lo que son los derechos civiles garantizados, no han sido muchos los sistemas auténticamente liberales. El liberalismo sólo ha sido llevado a la práctica de modo efectivo y continuado en los países del noroeste de Europa y en las zonas del mundo colonizadas culturalmente por ellos, pues los requisitos funcionales exigidos para su práctica apenas han existido en la mayoría de las sociedades de los siglos diecinueve y veinte. Estos requisitos incluyen cualidades de iniciativa, responsabilidad, internalización de normas, capacidad de objetivización y de libre cooperación, y respeto mutuo para las autonomías paralelas o divergentes, difíciles de definir. Las viejas nociones según las cuales era necesario para un país <<tener una clase media>> y una población culta, que supiese leer y escribir, constituían sólo un primer paso, no un mínimo aceptable. Además de los requisitos socio-culturales, el funcionamiento del liberalismo supone un nivel alto de desarrollo económico comparativo y una posición internacional favorable que libre a los miembros de la comunidad de presiones y rivalidades militar-imperialistas importantes o por lo menos les capacite para enfrentarse a éstas en términos de relativa seguridad y equilibrio. No es sorprendente que tantas variables no hayan podido darse en el desarrollo cívico de la mayoría de los países del mundo moderno; su ausencia o relativa precariedad en la España del siglo diecinueve no es ciertamente un motivo de admiración.

   [...] Afirmar que la experiencia y las instituciones españolas han sido categóricamente diferentes sólo quiere decir que han sido diferentes respecto a Inglaterra y los Estados Unidos o, en última instancia, respecto a Francia.  [...] España ha experimentado problemas y frustraciones que en términos generales son comunes a la mayor parte de Europa e Hispanoamérica.

   [...] Desde el siglo dieciocho la cultura y la política oficiales de España e Italia han sido formalmente las del occidente europeo, pero hasta hace poco, sus sistemas sociales y económicos han sido predominantemente los propios de los países del sur y del este de Europa. [...] Así estos dos países del suroeste de Europa constituyeron durante largo tiempo prototipos de países subdesarrollados que se arriesgan  una modernización prematura. En este proceso España llevó la delantera durante la era del liberalismo convulsivo, mientras que Italia hizo lo propio durante el período del liberalismo elitista estabilizado  el período de la liberalización. Italia, que en definitiva se convirtió, más que España, en el nuevo modelo de país desarrollado de primeros del siglo veinte, llevó también la delantera en el proceso de formación de un sistema autoritarista de nuevo cuño". 

Stanley G. Payne, Ejército y sociedad en la España liberal (1808-1936), Madrid, Akal, 1977. 

   https://youtu.be/TUDgxQ8Ls-E    Trigo Limpio: María Magdalena 

Estas citas son de la introducción, titulada "El Pretorianismo español en el período del liberalismo convulsivo" (pp. 5-13).




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