Daniel Innerarity, Pandemocracia

 "Las democracias tienen un tercer problema serio con la producción intencional de transformaciones sociales, llámense reformas o transiciones. Debe de ser el hecho de que vivamos en democracias donde se transforma poco lo que explica que cuando llega una catástrofe quienes más desesperaban de que fuera posible cambiar la sociedad a través de la voluntad política ordinaria resultan ser los más esperanzados de que la naturaleza ponga las cosas en su sitio. [...] Ahora que ya no hay ni reforma ni revolución, todas nuestras apuestas se dirigen a un vuelco, un giro imprevisto, catastrófico, un accidente de la historia en forma de crisis sanitaria o medioambiental, que afortunadamente nos ponga en la dirección correcta. Ya no se trata solo de esperanzas desconectadas de cualquier sentido de la realidad, sino de una curiosa expectativa en relación con el modo de transitar hacia la nueva situación deseada. Se espera que la gran transmutación sea que el fracaso produzca mecánicamente su contrario. Se trata de una visión sacrificial de la historia política que no tiene nada que ver con el cambio propio de las democracias, conflictivo y acordado a la vez, entre gradual y brusco, pero siempre dentro del parámetro de la intencionalidad de los actores. [...]

   Las catástrofes proporcionan evidencias del daño, pero no de la sanación. Esa idea de que del sacrificio procede la emancipación es tan increíble como asegurar que de esa conmoción vayan a beneficiarse los que más lo necesitan. En esta expectativa hay al menos dos supuestos difíciles de creer: que lo negativo produzca lo positivo y que esa nueva positividad se vaya a repartir con equidad. De las ruinas no surge necesariamente el nuevo orden y el cambio puede ser a peor. Los tiempos de crisis pueden llevar a ciertas formas de desestabilización que representen una oportunidad para los autoritarismo y populismos iliberales". 

   "Pensemos, además, en efectos como la dificultad de las empresas para invertir en la transición hacia proyectos sostenibles; que la bajada de los precios del petróleo encarecerá los vehículos eléctricos [...]"

Daniel Innerarity, Pandemocracia, Barcelona, Galaxia Gutemberg, 2020. 


Escrito y publicada durante la pandemia y sobre la pandemia. Quizás se resiente del apresuramiento. Por ejemplo, la observación sobre la bajada de los precios del petróleo que causaría un encarecimiento (comparativo, se entiende) de los vehículos eléctricos: ahora sabemos que tanto los carburantes como la electricidad se han encarecido, pero la electricidad mucho más. Se deduce que el autor cree que los coches eléctricos son mejores que los otros;  de momento son más caros, su electricidad cuesta más que el carburante y en cuanto al medio ambiente habrá que considerar lo que pasa con sus baterías y de dónde procede su electricidad). Profetizar a corto plazo y  partiendo de prejuicios es arriesgado, incluso si se trata de sumarse a lo que balan incansablemente los medios de comunicación.  Pero, ¡atención!, en algunas de sus páginas hay observaciones interesantes y que invitan a la reflexión, aunque ni en éstas ni en lo demás se profundiza en este librito (156 páginas), que pasa deprisa sobre las cuestiones y como quien pisa suelo resbaladizo.  A lo mejor se trata de que a partir de las ideas esbozadas sea el lector quien se caliente la azotea. Esto último sería útil. 



Comentarios

  1. Desde luego esperar que de una catástrofe inopinada surja algo bueno es esperar mucho. Como diría un gallego.... depende.

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  2. Y si el cambio es pensado y voluntario tampoco se asegura el acierto.

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  3. Entonces ...No sé. Esperar y ver y luego escribir un libro

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