Bret Easton Ellis, Blanco

    "Sin embargo, incluso hoy en día, se supone que el elfo dulce y risueño, sexualmente inofensivo, con valores progresistas y una actitud positiva, transforma a todo el mundo en noble protector y amigo de los gays... una vez más, siempre y cuando el gay en cuestión acate la disciplina de partido, no sea problemático ni demasiado sexual, negativo o huraño ni presente contradicciones y, desde luego, no se considere conservador ni cristiano. Las voces que sientan cátedra en los medios, heterosexuales y homosexuales por igual, nos cuentan que todos los gays deberían ser canonizados siempre y cuando compartan los mismos valores: hablen así, se expresen dentro de estos límites, crean solo en esto, apoyen solamente eso y voten por aquel [...]

   A algunos de nosotros la defensa corporativa de la homosexualidad siempre nos ha parecido alienante: la nota de prensa optimista, la máscara sonriente que nos asegura que todo es maravilloso. El gay que sale del armario y no quiere representar el statu quo y no se siente parte de una cultura gay homogeneizada o incluso la rechaza y se niega a ser un modelo de conducta positivo, en otras palabras, el rebelde en vías de extinción, parece que ha desaparecido de la sociedad". 

   "Casi siempre el sentimiento es la indignación, porque la indignación llama la atención, la indignación capta respuestas, la indignación logra que tu voz se escuche por encima del ensordecedor estruendo de unos chillándose a los otros en esta nueva cultura de pesadilla... y a menudo la indignación va de la mano de una loca exigencia de perfección humana, ciudadanos inmaculados, camaradas limpios y agradables, y exige miles de disculpas diarias. Ahora se trata de abogar por una causa al tiempo que creas un drama y una marca propios. Si no sigues las nuevas normas corporativas al pie de la letra te destierran, te exilian, te borran de la historia". 

Bret Easton Ellis, Blanco, Barcelona, Penguin Random House, 2020.

White, 2019.

Autobiográfico. Una defensa de la libertad de expresión, una crítica de la cultura inquisitorial que se extiende por las redes sociales y los medios de comunicación. El autor señala también la infantilización de la sociedad y la sobreprotección que alimenta el temor a la responsabilidad y la negativa a asumir los fracasos y limitaciones como parte de la vida.  Incluye no pocas páginas sobre cine y cultura en los Estados Unidos y una atención especial a los homosexuales.




Comentarios

  1. La selección que aportas me parece excelente, canónica de lo que ocurre en esta sociedad. Basta ver las televisiones y las series. Lo gay, y sobre todo sus amores y amoríos, son siempre perfectos. Aún estoy por ver una serie donde el drama, sea un divorcio gay con todos sus problemas, especialmente si hay hijos de por medio. Afortunadamente la realidad de Miguel Bosé y sus pareja y sus cuatro hijos nos devuelve a lo material, a lo procaz y a lo mendaz.
    No es necesario que todos seamos gays porque tendríamos los mismos problemas ni es obligatorio, para cambiar nuestra perspectiva y comprender nuestro privilegios blancos y heterosexuales, que en la ducha. antes de ir a trabajar, nos autoexploremos escatológicamente. Hay otros índices y están en los libros.

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