A. García y Bellido, España y los españoles hace dos mil años

    "Ahora bien, instruido por la voz de la Historia de todas estas expediciones guerreras a las costas meridionales de Ibería, conocedor también de la riqueza de estas regiones y de los bienes de todas clases que poseen y que los phoínikes dieron a conocer, [Hómeros] tuvo la idea de colocar aquí la mansión de las almas piadosas, y el <Elýsion Pedíon>* donde, según la predicción de Proteús*, Menélaos debía vivir algún día:

    En cuanto a vos [Menélaos], los inmortales os conducirán al Elýsion Pedíon en los fines mismos de la Tierra: donde reina el rubio Rhadámanthys*, donde los humanos gozan de una vida feliz al abrigo de la nieve, de la escarcha y de la lluvia, y donde desde el seno del Okeanós se levanta el soplo armonioso y refrescante del Zéphyros*. 

   La pureza del aire y la dulce influencia del zéphyros son, en efecto, caracteres propios de Ibería, que vuelta por completo al lado del Occidente, posee un clima verdaderamente templado. Además está situada en los últimos confines de la tierra habitada, es decir, en los mismos lugares donde la fábula -como hemos dicho- ha colocado el Háides; porque la mención de Rhadámanthya en los versos que preceden implica la vecindad de Minos, y ya se sabe lo que dice [Hómeros]:

   Allí vi a Mínos*, el noble hijo de Zeús, que con su cetro de oro en la mano administraba justicia a los muertos.

   Poetas venidos después han imaginado cosas semejantes a éstas: el robo [por Heraklés] de los ganados de Geryónes*, y la expedición con el fin de conquistar la manzana de oro de las Hesperídes*, y estas islas de los Makáron*, en las que reconocemos hoy algunas de las islas sitas no lejos de la extremidad de la Marousía que está frente a las Gádeira".

   "* Elýsion Pedíon, o Campo Elysio (en singular). Más adelante Elýsia Pedía, Campos Elysios, hoy corriente. Era un lugar apacible, donde a su muerte hallaban reposo los héroes y los seres predilectos de los dioses. Se suponía sito en el lejano Occidente, en los confines de la Tierra, por donde el Sol se ocultaba. Se contrapone al concepto anterior del Haídes, mansión subterránea.

   * Proteús era una de las personificaciones de la divinidad suprema del mar. Significaba el primer hombre o el primer nacido; era omnisciente, conociendo el Pasado, el Presente y el Porvenir. Los versos son de la Odisea, IV, 563.

   * Rhadámanthys es el juez de los muertos, junto con Mínos.

   * Odisea, XI, 567.

  * Mínos, rey de Creta, constructor del laberinto (labýrinthos), unido también a la leyenda del Minotauro. Su reinado fue modelo en la administración de justicia, por lo que en el Infierno pasó a ser juez de los muertos, con Rhadámanthys. Zéphyros, el Céfiro.

  * Geryónes, rey mítico de Tartessós, rico en ganados de todas clases. Heraklés lo venció, arrebatándole sus bueyes, que condujo a Tiryns (Tirinto). Se decía que era un gigante de tres cuerpos.

   * Hesperídes, de Hésperos, la tarde; por extensión el Occidente, el Ocaso. Sus hijas son las Hesperídes, que vivían en un hermoso jardín que daba frutos de oro. Heraklés hizo el penoso camino en busca de sus áureas manzanas, que tras muchos trabajos logró llevar a Mykénai (Micenas). El Jardín de las Hesperídes se situaba hacia España y Marruecos, pero en pleno Océano.

  * Hay Makáron Nésoi, o Fortunatae Insulae, eran las Canarias donde se suponía reinaba la felicidad eterna (Isla de los Bienaventurados)."

Antonio García y Bellido, España y los españoles hace dos mil años según la <Geografía> de Strábon, Madrid, España-Calpe, 1986 (1ª ed. 1945), pp. 102-104. 

En este libro se recoge el tomo III de Geographiká, de Strábon, dedicado a Iberia. Con abundantes y utilísima notas, como se advierte en el fragmento transcrito.


Antonio García y Bellido 



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