Umberto Eco, La búsqueda de la lengua perfecta

 "Así, en la voz 'Langue' de la Enciclopedia, Jaucourt recordaba que, puesto que de los distintos caracteres de los pueblos nacen las distintas lenguas, se puede afirmar de inmediato que no habrá nunca lenguas universales, porque no se podrán inculcar nunca a todas las naciones las mismas costumbres y sentimientos, las mismas nociones de vicio y virtud, ideas que proceden de la diferencia de los climas, de la educación y de la forma de gobierno.

   Se va perfilando la idea de que las lenguas elaboran un 'genio' que las hace incomparables entre sí, capaces de expresar distintas visiones del mundo. La idea aparece en Condillac (Essai sur l'origine des connaissances humaines, II, I, 5), pero se encuentra también en Herder [...] y volverá a aparecer más desarrollada en Humbold [...]". que afirma que toda lengua posee una innere Sprachform, una forma interna que expresa la visión del mundo propia del pueblo que la habla. [...]

   Sin embargo, las teorías monogenéticas no ceden terreno ni siquiera frente a las más articuladas investigaciones de lingüística comparada. La bibliografía de los monogenetistas tardíos es inmensa. Aparecen en ella locos, espíritus curiosos e investigadores absolutamente serios.

   Por ejemplo, la idea ilustrada de un lenguaje de acción será aplicada en sentido monogenético, todavía en 1850, por J. Barrois (Dactylologie et langage primitif restitués d'aprés les monuments, París, 1850). Asumiendo que el lenguaje primitivo de la humanidad hubiese sido un lenguaje de acción, exclusivamente gestual, Barrois demuestra incluso que las expresiones bíblicas que indican cómo Dios dirige la palabra a Adán no se refieren a un habla en el sentido verbal, sino que suponen un lenguaje mímico: <<La designación de los distintos animales hecha por Adán se componía de una mímica especial que recordaba la forma, el instinto, el hábito o las cualidades y, finalmente, la característica de sus propiedades esenciales>> (p. 31). La primera vez que en la Biblia aparece una expresión que, sin ambigüedades, se refiere a un hablar fonético es cuando Dios habla a Noé. Antes las expresiones son más vagas: señal de que el lenguaje fonético se impuso definitivamente sólo de una manera lenga y sólo en la época inmediatamente anterior al Diluvio. [...]

   En cuanto a la idea de un hebreo primitivo, bastaría citar la figura de Fabre d'Olivet, que escribe en 1815. En su obra La langue hébraïque restituée (fuente de inspiración aún hoy para cabalistas tardíos), nos habla de una lengua primitiva que ningún pueblo ha hablado jamás, de la que el hebreo sólo es el más ilustre descendiente, puesto que se trataba simplemente del egipcio de Moisés". 

Umberto Eco, La búsqueda de la lengua perfecta, Barcelona, Crítica, 2016, 320 p. 


https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=188610  Umberto Eco: "La búsqueda de la lengua perfecta en la cultura europea"  (lección impartida en 1992 por U. Eco) 

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