Margo Glantz, El rastro
"¿No se les ha concedido a los artistas un enorme don (divino), el de poder leer en los corazones de los hombres?".
"En mi casa escucho la música de Bach, siempre el mismo disco, el de las Variaciones Goldberg interpretadas por Glenn Gould -su última interpretación, la que dura 51 minutos, 15 segundos-, mis pensamientos derivan siguiendo su ritmo, un ritmo lento, tranquilo, obstinado, la música es aritmética y límpida, aunque esa limpidez y ese nítido transcurso suelen empañarse cuando Gould insiste en acompañar, tarareándola, la austera melodía".
Margo Glantz, El rastro, Barcelona, Anagrama, 2002.
Es el relato de un velatorio. Hay páginas buenas. Otras se me hicieron pesaditas.
Desde luego el primer comentario de la señora o señorita es de un idealismo que atenaza todos los corazones.
ResponderEliminarLas antedichas variaciones Golberg están bien. Recientemente las oí
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGlenn Gould tenía una opinión menos ideal sobre el arte (y sospecho que se hubiera carcajeado sobre ese supuesto don divino que se atribuye a los artistas en el libro comentado):
Eliminar<>.
Lo reproduje, con alguna cosa más, en uno de los enlaces que hay al final de la entrada.
No soy adepto a las teorías del arte por el arte. Para mí, el arte es algo fundamentalmente peligroso o, al menos, algo que debe ser vigilado de cerca, y el artista es un ser moralmente dudoso en esencia y con el tiempo suele empeorar (Glenn Gould).
Eliminar