Guadalupe Sánchez Baena, Populismo punitivo

    "El identitarismo surgió a finales del siglo XX como una variante del nacionalismo que, en lugar de poner el acento en la supremacía de la nación y en las diferencias raciales, lo pone en elementos étnicos y culturales. [...] En resumen, lo que define al movimiento identitario es que promulga la institucionalización del privilegio por razones étnicas. Es el discurso político que, por ejemplo, subyace en la construcción del Estado autonómico español y que explica la referencia a las nacionalidades <<históricas>> en diversos estatutos de autonomía.

     Pero la necesidad del populismo de ideologizar causas para incorporarlas a su discurso ha llegado a que, en las últimas décadas, el identitarismo haya trascendido más allá de la tradicional cuestión étnico-nacional y se encuentre actualmente en un auténtico proceso de fagocitación ideológica de reivindicaciones de marcado carácter social, muchas de las cuales habían conseguido aunar en torno a ellas a amplios sectores de la ciudadanía". 

     "La necesidad de articular un nuevo feminismo que incida mucho más en la identidad que en la igualdad no es casual, y tiene su explicación en la necesidad política de hacer de éste un instrumento identificable con el ideario de la extrema izquierda anticapitalista e incluso antisistema, desde los propios fundamentos de los planteamientos hasta en el lenguaje empleado. En la manifestación del <<8 M>> del año 2018 se podían leer eslóganes y escuchar proclamas que identificaban capitalismo con patriarcalismo, que hablaban de recuperar la memoria histórica de los pueblos colonizados, de políticas neoliberales, coloniales y racistas del <<Norte Global>>, de derogar la Ley de Extranjería y cerrar los CIES, de construir una economía sostenible al margen del capitalismo imperante, de promover las pseudociencias y las terapias alternativas, etc". 

Guadalupe Sánchez Baena, Populismo punitivo, Barcelona, Ediciones Deusto (Planeta), 2020, 229 p.