Shakespeare, El mercader de Venecia

“¡Ay de los necios que razonan! Cuando eligen, es su sabiduría la que les traiciona”.

“El necio ha hecho acopio, en su memoria, de un ejército de buenas palabras”. 

“Aunque justicia sea lo que reclamas, considera que a ninguno de nosotros bastará la justicia para salvarse”.

“No es posible. No hay poder en Venecia / que pueda alterar lo que dicta la ley. / Constaría como precedente / y, siguiendo este ejemplo, todo tipo de abusos / irrumpiría en el Estado”.

 

W. Shakespeare, El mercader de Venecia, Madrid, Cátedra (Grupo Anaya), 2004.