Caro Baroja: sobre los nombres de la magia

 "La palabra Magia, la más generalizada, es acaso la que tiene origen histórico más concreto, por referirse a los magos de Persia. En castellano sólo habrá Brujería, de origen oscuro y Hechicería, relacionada con hechizo, cosa hecha, como en portugués feitiço. Se habló asimismo en un tiempo de sorteros y sortiarios. En estas palabras entra como elemento la palabra sors, sortis, que ha dado suerte y que tienen equivalentes en otros idiomas. El vasco sorguin, brujo o bruja, y sorguinkeri, brujería, arrancan de sors, como el francés sorcier; también sorcière y sorcellerie. He aquí que, en italiano, en cambio, corren más vocablos que arrncan del latín strix. Las strigae clásicas tienen, como descendientes a las streghe. En idiomas no románicos, a palabras como witch, se une craft, alusivo al trabajo, acción o arte hechiceril, como el sufijo vasco -eri, -keri expresa propiedad intrínseca de algo. Es difícil determinar en ése, como en otros casos, por qué un idioma usa más una palabra, que parece destacar determinado aspecto, que otro. Atendiendo al origen (etimología) y a las significaciones (semántica), algo parece que varía en el contexto social y cultural según se emplean unas palabras u otras. Un mago siempre dará impresión de algo más pretencioso que una bruja y una hechicera también parece tener perfil propio. [...]

Porque una falacia que se deriva de la lectura de los libros de los antropólogos es la de que la Magia está particularmente y especialmente extendida en sociedades primitivas pero que en las sociedades llamadas civilizadas no hay por qué estudiarla. Teóricamente no existe. He aquí un primer motivo de enfrentamiento del historiador. Las derivaciones de este enfrentamiento son muchas y graves. Malinowski y sus discípulos atacaron repetidas veces a los misioneros, funcionarios públicos y colonos europeos de distintas partes del Imperio británico [...] Decían que los europeos hacían aplicaciones brutales y anticientíficas de su moral (de nuestra moral) a las sociedades indígenas, al pretender introducir sus leyes (nuestras leyes) y costumbres entre gentes para las cuales la hechicería podía ser un factor beneficioso. Los historiadores que nos hemos ocupado de Europa podemos reaccionar de modo severo ante esta posición. Sin duda aquí también tendríamos que haber dejado que los jueces, como en el siglo XVI, siguieran con sus cazas de brujas, con las ordalías, etc., para mantener el social order existente, en nombre de The Logic of Witchcraft, etc. etc. Sofisma funcional, funcionando". 

Julio Caro Baroja, De la superstición al ateísmo (meditaciones antropológicas), Madrid, Taurus, 1974, pp. 182-184.



Comentarios

  1. Son sus, nuestras, costumbres y hay que respetarlas. Toros, cabras destorreadas, ahojados, loteria de Nadal....

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  2. Aunque las hay más y menos llevaderas por parte de humanos y brutos. Piénsese quién es cada uno

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