Juan Madrid, El hombre del reloj
"Flores no vio al hombre del chándal. Peñalva sí y fue demasiado tarde. El hombre que corría se detuvo de pronto al lado de ellos y extrajo una pistola chata y negra con silenciador. Peñalva pensó: soy un estúpido y luego: Trampa, y se llevó la mano a la sobaquera. No terminó de realizar el movimiento. A la altura del bolsillo superior de su chaqueta aparecieron dos agujeros oscuros que se tiñeron de rojo".
"Es jodido eso de que te maten".
Juan Madrid, El hombre del reloj, Barcelona, Ediciones B, 1990, 167 p.
Muerte lenta. Le dió tiempo a saberlo.
ResponderEliminar