A. del Castillo Solórzano, El bachiller Trapaza

[Situación previa: Un carretero entrega un arca o baúl a su destinatario; el arca resulta contener el cadáver de una persona que había sido muerta a cuchilladas]

"Luego que el ciudadano conoció al difunto, con el dolor de tal objeto, comenzó a dar voces, asiendo del carretero, a las cuales se llegó alguna gente de la vecindad y, entre ella, un alguacil, que se suelen aparecer en tales ocasiones, trayéndose de runfla un escribano y dos corchetes. Vieron estos al difunto y sabiendo que el carretero tenía mosca, por ser muy conocido en aquella tierra, agarraron de él y pusiéronle en la cárcel, con ver que la misma acción de haber traído allí la arca manifestaba su inocencia. Con todo, por convenir que se supiese de él quién era el que le había encomendado la arca y qué señas tenía, fue puesto a la sombra, y sabiendo de él qué personas había traído en su carro y dónde se habían apeado, fueron a prenderlos a todos. [...] Embargaron toda la ropa de los caminantes [...] Los cuatro y el carretero fueron puestos en la cárcel con prisiones, no sabiendo los caminantes por qué los hubiesen traído allí, hasta que después se lo dijo el carretero. 

[...] Comenzóse a proceder contra el carretero y caminantes; a él le pusieron en cuestión de tormento, y antes que se le diesen, dijo: que un día antes de su partida para Sevilla, había llegado a él un estudiante alto de cuerpo, moreno de rostro, preciado de mostchos, acompañado de otro estudiante [...] y que le concertó que le llevase, hasta aaquella ciudad, un arca de ropa, por la cual le pagarían treinta reales en Trujillo. Tomó recibo de la arca, diole aquella carta y trújolo todo a quien venía el sobrescrito de la carta.

Esto dijo; con todo, llevó el tormento muy cruel; más no le pudieron sacar otra cosa. Fue llevado de allí y puesto en su lugar al bachiller Trapaza, bien ajeno de lo que le estaba esperando. Fuele preguntado de dónde era: dijo que de Segovia; dijo su nombre propio y postizo, con que el alcalde mayor coligió que debían de convenir sus costumbres con lo de Trapaza; confesó la facultad que oía en Salamanca, y llegado a lo que le culpaba el carretero de venir acompañado con el estudiante que trujo la arca al carro, lo negó como quien no se había hallado en tal concierto. Por lo que el carretero dijo no se libró Trapaza del tormento, y así se lo dieron mas cruel que el otro.

Era animoso el pobre, y sufrió el dolor con grande tolerancia, y en vez de quejas, comenzó a brotar sátiras contra los escribanos y jueces. Ya el lector podrá entender qué tecla tocaría, si seguía la opinión vulgar el atormentado, no la verdad que pasa; pues hay escribanos legalísimos y jueces rectos, limpios de manos, a pesar de la malicia de los que, por ver uno de de éstos, piensan que todos son unos.

También con los demás presos procedieron, si no con el rigor del tormento, con las amenazas de él [...]

Esto se averiguó con autoridad de justicia que intervino en ello con requisitoria sacada de Trujillo, cosa que no satisfizo al hermano del muerto; y así, viendo que no se averiguaba nada de esto y que el carretero paecía y gastaba en la cárcel juntamente con el compañero, desistió de la querella, y el fiscal la prosiguió hasta la sentencia, que fue condenar al carretero, aunque injustamente, en doscientos escudos, y al Trapaza, por no tener dinero, en dos años de destierro". 

Alonso del Castillo Solórzano, Aventuras del Bachiller Trapaza, quintaesencia de embusteros y maestro de embelecadores, en Castillo Solórzano, El Bachiller Trapaza y La Garduña de Sevilla, Ediciones Alonso, Madrid, 1966. 

Los fragmentos citados están entre las páginas 72 y 75.  Se imprimió por vez primera en Valencia en 1634.

RAE, Diccionario de la lengua española:
mosca [...] 4. f.  Bienes de cualquier especie.
runfla [...] 4. f.   Serie de varias cosas de una misma especie. 



 

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