Alejandro Dumas, El caballero de Harmental
"Los que vivimos en una época en que todos nos dedicamos a conspirar, sabemos cómo ocurren las cosas en semejantes casos: uno se mece en sus esperanzas, se duerme en las nubes, y se despierta una mañana vencedor o vencido, llevado en triunfo por el pueblo o triturado entre los engranajes de esa pesada máquina llamada gobierno".
"Afortunadamente, el caballero tenía el carácter tranquilo, frío y decidido de un hombre en el que la prudencia y el valor, las dos fuerzas contrarias, se neutralizan y se estimulan combatiéndose.
Era un sujeto igualmente peligroso en un duelo como en una conspiración; quizá más todavía en ésta, ya que la sangre fría le permitía recomponer, a medida que fueran rompiéndose, aquellos hilos invisibles de la intriga a los que se debe, generalmente, el éxito de las grandes conjuras".
Alejandro Dumas, El caballero de Harmental, Barcelona, Edhasa, 1995, 247 pp.
Citas de las páginas 38 y 57.
Evidentemente los clásicos tenían leído y digerido al florentino.
ResponderEliminarO incluso habían practicado el arte conspiratorio.
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