Aranguren, La crisis del catolicismo

  "Hasta hace pocos años, quienes criticaban el celibato sacerdotal, tomaban el problema aisladamente y levantaban sus objeciones desde el punto de vista preferentemente fisiológico -represión de impulsos naturales- y, en consecuencia, psicológico también -desequilibrios producidos en el psiquismo por aquella <antinatural>  represión.

   Hoy, por el contrario, se tiende a situar este problema particular en el contexto general de la función eclesial del sacerdocio y, vista la cuestión desde otro ángulo, estrechamente relacionado con aquel, <viendo> vivir al hombre sacerdote en íntima comunicación con un mundo intensa, social, públicamente erotizado. Son, pues, el contexto eclesial y el contexto social, mucho más que las supuestas razones clínicas, los que demandan una revisión del problema.

   [...] la Iglesia, en contraste con lo ocurrido durante el período de la Contrarreforma, en vez de situarse frente al mundo, comprende ahora que su misión es vivir en el mundo, insertarse dentro de él para servirle, servir a su salvación. La Iglesia, pues, deja de constituir un cuerpo separado, un ghetto donde, bajo la proteción de la Jerarquía -Iglesia por antonomasia- se refugiarían los fieles. La Iglesia -Iglesia mucho más como comunidad, como Pueblo de Dios que como institución jerárquica- sale al encuentro del mundo, se mezcla con él, se funde en él. [...] 

   Descendamos ahora al que los teólogos tradicionales llaman plano natural. Miremos de frente al mundo actual: no solamente han desaparecido los tabús del sexo sino que el erotismo lo penetra todo, se le encuentra en todas partes, aun allí donde parecería, en principio, más fuera de lugar; en un mundo que lo ha convertido en el primer artículo del consumo estimulado por la explotación capitalista. Y con mirada sociológica tratemos de ver qué será de nuestros sacerdotes, obligatoriamente célibes, lanzados a este mundo sin proteción exterior, sin <cinturón de castidad> alguno. (Hasta ahora el traje talar cumplía, en alguna medida, esa función: distanciaba [...]) Cualquier mediano observador advierte que la actitud femenina respecto a los sacerdotes está cambiando: ahora se les ve ya como hombres y, generalizada la reducción al estado laical, no es descartada la posibilidad de casarse con ellos, como ocurría hasta hace pocos años. Decía antes que la castidad no es imposible y ni siquiera antinatural: sí, pero siempre que se den determinadas condiciones sociales, que se viva una vida alejada de solicitaciones sexuales, consagrada a la oración y al trabajo, lejos del mundo, la vida, en suma, de las clásicas Órdenes religiosas. En medio del mundo no dudo de que habrá individualidades ascéticamente tan poderosas o tan asistidas por la gracia que sean capaces de vencer la actual sobresaturación de tentaciones sexuales. Pero en grandes números, la caída es inevitable".

José Luis López-Aranguren, La crisis del catolicismo, Madrid, Alianza Editorial, 1969

Citas de las páginas 71 a 73. 

https://youtu.be/K2gcBzJEHm0  Como brotes de olivo


 

Comentarios

  1. Antes podía ser el celibato un problema. Ahora ya no. Por dos vías. Una pasando del celibato. La otra sería digna de un arbitrista del XVII. Dado que en el seno del colectivo LGetc hay un grupo de asexuales y anhedónicos....¿Por qué no elevarlos al ministerio sacerdotal, sean ellos, ellas o elles?

    ResponderEliminar
  2. Matamos dos pardales de un tiro. Baja el paro y ascienden las vocaciones.

    ResponderEliminar
  3. Creo que convendría consultar a los católicos practicantes. Su opinión sería muy útil para que la Iglesia no yerre.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares