Irene Nemirovsky, Nieve en otoño

 <<La muerte... No le asustaba. Pero abandonar el mundo en medio del caos de aquella revolución, olvidado por todos, abandonado... Qué absurdo, todo... Bueno, todavía no estaba muerto. Quién sabía... Puede que se salvara. La casa... Creía que no volvería a verla, y allí estaba. Y también aquellos cristales pintados, que el viento siempre rompía y con los que jugaba de niño, imaginándose las colinas de Italia, seguramente porque eran del rojo violáceo de la sangre y el vino tinto>>. 

Irene Nemirovsky, Nieve en otoño, Barcelona, Salamandra, 2010.



Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares