Borges: injuria y maldición
"Una tradición oral que recogí en Ginebra durante los últimos años de la primera guerra mundial, refiere que Miguel Servet dijo a los jueces que lo habían condenado a la hoguera: Arderé, pero ello no es otra cosa que un hecho. Ya seguiremos discutiendo en la eternidad".
"Otro método servicial es el cambio brusco. Verbigracia: Un joven sacerdote de la Belleza, una mente adoctrinada de luz helénica, un exquisito, un verdadero hombre de gusto (a ratón). Asimismo esta copla de Andalucía, que en un segundo pasa de la información al asalto:
Veinticinco palillos
tiene una silla.
¿Quieres que te la rompa
en las costillas? "
"Una vindicación elegante de estas miserias puede invocar la tenebrosa raíz de la sátira. Ésta se derivó de las maldiciones mágicas de la ira, no de razonamientos. Es la reliquia de un inverosímil estado, en que las lesiones hechas al nombre caen sobre el poseedor. Al ángel Satanail, rebelde primogénito del Dios que adoraron los bogomiles, le cercenaron la partícula il, que aseguraba su corona, su esplendor y su previsión. Su morada actual es el fuego, y su huésped la ira del Poderoso. Inversamente, narran los cabalistas, que la simiente del remoto Abram era estéril hasta que interpolaron en su nombre la letra he, que lo hizo capaz de engendrar".
https://youtu.be/PWGwF_B0bxk?feature=shared Juan Luis Guerra: Burbujas de amor
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