Truman Capote: Un recuerdo navideño

"Lo dudo. Nunca hay dos de nada".

"Siempre había creído que para ver al Señor hacía falta que el cuerpo estuviese muy enfermo, agonizante. Y me imaginaba que cuando Él llegase sería como contemplar una vidriera baptista: tan bonito como cuando el sol se cuela a chorros por los cristales de colores, tan luminoso que ni te enteras de que está oscureciendo. Hubiera sido una vidriera de colores en la que el sol se colaba a chorros, así de espectral. Pero apuesto a que no es eso lo que suele ocurrir. Apuesto a que, cuando llega a su final, la carne comprende que el Señor ya se ha mostrado. Que las cosas, tal como son -su mano traza un círculo, en un ademán que abarca nubes y cometas y hierba, y hasta a Queenie, que está escarbando la tierra en la que ha enterrado su hueso-, tal como siempre las ha visto, eran verle a Él. En cuanto a mí, podría dejar este mundo con un día como hoy en la mirada". 

Truman Capote, "Un recuerdo navideño", en Desayuno en Tiffany's, Barcelona, Anagrama, 2000 (1987). 

Un cuento estupendo, que acompaña con otros dos -también muy buenos- a la magnífica Desayuno en Tiffany's.