Thomas Mann, Doktor Faustus
"No soy gran amigo de la risa y cada vez que Adrián se abandonaba a su pasión favorita no podía dejar de pensar en una historia que conocía precisamente por referencia suya. La cuenta San Agustín en De Civitate Dei y explica que Cam, hijo de Noé y padre del mago Zoroastro, fue el único hombre que se rió al nacer, cosa que por otra parte sólo pudo ocurrir gracias a la ayuda del diablo".
"Mi fe luterana me hace considerar la teología y la música como esferas vecinas e íntimamente emparentadas y a mí personalmente la música se me ha aparecido siempre como una mágica combinación de teología y álgebra. Hay en ella mucho, asimismo, de la alquimia y del arte negro de pasados tiempos, colocados también bajo el signo de la teología al propio tiempo que de la apostasía. No apostasía de la fe sino en la fe. La apostasía es un acto de fe y todo es y se da en Dios, pero sobre todo el acto de apartarse de Él".
"El gran problema, para un hombre genialmente dotado, consiste precisamente en evitar que, a fuerza de acostumbrarse mal, acabe por perder contacto con el mundo de lo factible".
Thomas Mann, Doktor Faustus, en Obras selectas de premios Nobel, Thomas Mann 1929, Barcelona, Planeta, 1988, pp. 151-748.
Citas de las pp. 253-254, 308 y 456.
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