Arturo Pérez-Reverte, El maestro de esgrima

"La estocada perfecta no existe -solía decir el maestro de maestros cuando le planteaban la cuestión-. O, para ser exactos, existen muchas. Todo golpe que logra su objetivo es perfecto, pero nada más. Cualquier estocada puede pararse mediante el movimiento oportuno. Así, un asalto entre dos esgrimistas avezados podría prolongarse eternamente... Lo que ocurre es que el Destino, aficionado a sazonar las cosas con lo imprevisto, termina decidiendo que aquello debe tener un fin, y hace que uno de los dos adversarios, tarde o temprano, cometa un error. La cuestión reside, por tanto, en concentrarse teniendo a raya al Destino, aunque sólo sea durante el tiempo preciso para que el error lo cometa el otro. Lo demás son quimeras". 

"He observado también que posee usted una cualidad especial en un esgrimista... Eso que los expertos llaman... ¿Cómo se dice? Sentiment de fer.  [...] Esa cualidad consiste en una especie de sexto sentido, que permite prolongar hasta la punta del arma la sensibilidad táctil de los dedos que sostienen el florete... Es un instinto especial que advierte de las intenciones del adversario y permite, a veces, prever sus movimientos una pequeña fracción de tiempo antes de que se produzcan". 

Arturo Pérez-Reverte, El maestro de esgrima, Madrid, Alfaguara (Santillana), 2010.

(Publicada en 1988) 



Comentarios

  1. Lo leí de jóven. Solo recuerdo que aprendí toda la matemática que hay en la esgrima y las líneas ideales que se tiran por parte de los esgrimistas. En Quevedo salen muchas coñas sobres estas técnicas, creo.

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