Thomas Erikson, Rodeados de idiotas

 "A Hipócrates, que vivió cuatro siglos antes de Cristo, se lo considera el padre de la medicina. A diferencia de muchos otros médicos de la época, no era supersticioso. Creía que las enfermedades venían de la naturaleza, no de los dioses.

La patología humoral, o la teoría de los cuatro humores -por los cuatro fluidos corporales-, habla de cuatro temperamentos. Según Hipócrates, nuestro temperamento es la manera fundamental en que reaccionamos. Es nuestra conducta o nuestro estado de ánimo natural. Nuestro temperamento controla nuestro comportamiento.

Hipócrates creía que estamos sanos cuando los cuatro humores -sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema- están equilibrados. Cuando vomitamos, tosemos o sudamos, el cuerpo está intentando librarse de una o varias de esas sustancias. 

Una persona colérica es la regida por la bilis amarilla o el hígado. Vehementes y temperamentales, las personas coléricas a veces asustan a quienes las rodean con sus maneras poderosas. <<Colérico>> puede traducirse por <<de sangre caliente>>.

Una persona sanguínea se rige por la sangre, por el corazón. Creativa y despreocupada, reparte buenas vibraciones allá donde va. Está llena de sangre y por lo tanto es optimista y alegre, y tiene unas maneras etéreas. Un sinónimo de sanguíneo es impulsivo.

Una persona flemática se rige por el cerebro. Una flema no es otra cosa que una mucosidad. Los mocos son viscosos, como el temperamento de una persona flemática, que es tranquila y de movimientos lentos.

Finalmente, una persona melancólica tiene un exceso de bilis negra -melancholía, en griego; es la sustancia que se encuentra en el bazo- y, por lo tanto, se la percibe como melancólica y triste. Un sinónimo habitual de melancólico es pesimista". 

Thomas Erikson, Rodeados de idiotas. Los cuatro tipos de personalidades, Barcelona, Planeta, 2023, 309 páginas. 

Es un libro sobre comunicación, especialmente en el ámbito laboral y comercial. 



 

Comentarios

  1. Sí, así es desde Hipócrates. Me alegra ver que este sajón lo recupera. No obstante, la teoría de los humores es de risa riseble,. ¡Pero ha dado tanto juego en los siglos pasados¡¡¡¡

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