Juan Eslava Galán, Avaricia

   "La Segunda República había otorgado una relativa independencia a vascos y catalanes. Tras el paréntesis franquista, los independentistas de aquellas regiones españolas tan favorecidas por la naturaleza y por los aranceles quisieron retomar su autonomía en el punto donde la habían dejado cuarenta años atrás. Las otras regiones de España se encelaron: <<Queremos lo mismo que para Cataluña: aquí nadie es más que nadie>>.

    ¿Qué hacer? Al incauto gobierno no se le ocurrió mejor cosa que conceder el <<café para todos>>.

    De pronto nacían diecisiete autonomías agitando la pamema de la identidad nacional: somos una nación históricamente sometida que ahora despierta y exige sus propias instituciones, un parlamento, un gobierno, unos ministerios, un presidente, un himno, una bandera, una esencia común, una voluntad étnica, una señas de identidad, un idioma (o, en su defecto, por lo menos un chamullo propio que sea reconocible y pueda reivindicarse frente al abusón gobierno centralista). 

    La constitución de nueva taifas, o el nuevo federalismo, tuvo un efecto beneficioso: demostró a la clase productiva, los trabajadores, que apretándose un poco más el cinturón (los impuestos) podía sostener dignamente a una novedosa clase improductiva, la casta parasitaria de los nuevos políticos. 

      Al amparo de los partidos y los sindicatos, convertidos ahora en agencias de empleo, surgieron, como por ensalmo, una multitud de puestos de trabajo resultantes de multiplicar por diecisiete las instituciones propias de una nación [...] Sumémosle consejos de Estado, senado, diputaciones, sindicatos apesebrados, patronales, oenegés más o menos oficialistas y tendremos un festín de sueldos, primas y dietas que se alimenta del bolsillo del resto de los españoles, una muchedumbre de parásitos tirando de visa oro, ocultando mariscadas bajo el rótulo <<almuerzo de trabajo>>, viajando gratis al extranjero (con sus cónyuges o apaños) en supuestas misiones de cooperación, etcétera". 

Juan Eslava Galán, Avaricia, Barcelona, Destino (Planeta), 2015. 



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