Carlos Fuentes, Adán en Edén

   "-En México, mi señor don Abelardo Holguín, no aceptamos un solo tema de controversia en nuestras novelas. Hay los buenos y los malos. Hay hombres poderosos y malditos. Hay mujeres manipuladoras. Hay familias con hijos mixtos, buenos y malos. Pero hay -es indispensable- la criadita modesta pero honrada de la cual se enamora el niño bien, el jovencito de la familia". 

   "Cuando don Xocoyotzín, mi jardinero, fue a darse una vuelta por el zoológico de Chapultepec, se acercó a la jaula del águila y le dio pena. La gran ave rapaz y fuerte, diurna, águila de águilas, águila arpía del tlrópico con patas emplumadas, revoloteaba desesperada en un espacio reducido. Don Xocoyotzín, hombre del pueblo y hombre de fiar, sintió pena por el ave prisionera y aprovechando la soledad de la noche (que es cuando él camina por las calles) abrió de un machetazo (con esta arma se defiende del peligro urbano) la puerta de la jaula y sólo entonces vio que allí yacía, inmóvil -¿muerta?- una gran serpiente. El águila, sin siquiera darle las gracias al jardinero, salió volando de la prisión, extendió los gigantescos doscientos dos centímetros de sus alas y voló en busca de su gran aire, el firmamento del día, la altura de la montaña". 

Carlos Fuentes, Adán en Edén, Barcelona, Alfaguara, 2010. 

https://youtu.be/WYt1FQ2k_LU   Curtis Fuller: Time Off

De la historia un tanto confusa que cuenta esta novela va surgiendo un mundo oscuro, pesado, sangriento, que impulsa a hacer algo al poderoso, algo cínico y aparentemente indiferente protagonista. Sus circunstancias personales van diluyéndose en las del país.  



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