Emilio Lamo de Espinosa: dimensión social de la ciencia

    "Pero la invención occidental que puede ser más importante en el futuro es la cultural: una cultura basada en el diálogo racional y la prueba empírica como base de la ciencia. [...]  La ciencia permea la sociedad moderna, de Occidente o de Oriente, y es el motor más fuerte del cambio social, la variable crucial, como lo ha sido siempre. Y, por supuesto, la ciencia ha dejado de ser occidental y se aprende y se practica no solo en Boston o Cambridge, sino en Tokio, Beijing o Bombay, penetrando toda la vida social y económica. [...]

   No menos importante es, en segundo lugar, entender la tecnociencia como software, como lógica y modo de pensar, como cultura dominante. La ciencia moderna se enseña, se aprende y se practica en todas las escuelas y universidades del mundo, pero ese aprendizaje genera hábitos de pensamiento (manières de penser, decía Émile Durkheim), hábitos que se trasladan de un escenario a otro. [...]

   Y como lo hace, en tercer lugar, la ciencia entendida en su dimensión social, usualmente olvidada: la tecnociencia social. [...] Porque hay una tecnociencia social que abarca cuestiones como el buen gobierno y el rule of law, el Derecho mercantil, comercial o de familia, los seguros, la contabilidad y las auditorías, las buenas políticas económicas, la gestión de problemas sociales y un largo etcétera de técnicas con diverso impacto, incluyendo la democracia o la economía de mercado que, como ocurre con la tecnociencia dura, circulan de unos a otros países, son absorbidas, incorporadas y usadas. [...] Hablo, pues, de tecnologías sociales, que son al tiempo programas culturales. Y, sin duda, el Derecho formal es una de las más importantes, ya que ha tenido un notable desarrollo técnico desde el Código de Hammurabi al Código de Napoleón, pasando por el Derecho romano, con su extensión al principio de legalidad. Una sofisticada tecnología de gestión y de control social capaz de regular las más complejas sociedades. El modo como Japón o Turquía incorporaron el Derecho europeo es un ejemplo de ello, y hoy se extiende a todos los países del mundo. 

   Así pues, terminamos con una triada institucional esencial (la politica, la economía y la cultura) que, me atrevo a pensar, articula el mundo moderno y es el vector de la actual globalización: democracia, mercado y ciencia". 

 

"Tras la crisis económica, se encuentra la crisis política, en buena parte causa de la primera. Es también una crisis de modelo de Estado y una crisis propiamente política, que ha florecido a partir de una insoportable politización partidista que acaba fagocitando a todas las instituciones del Estado (del Parlamento al Tribunal Constitucional, a las agencias reguladoras) y, desde ellas, a buena parte de la sociedad civil (fundaciones, museos, medios de comunicación, televisiones), a lo que se ha prestado la propia estructura del Estado, que tras más de cuarenta años de rodaje del modelo diseñado por la Constitución de 1978 muestra su peor cara. Un Congreso esclerotizado y un Senado inútil y necesitado de reforma profunda, que no controlan al Ejecutivo. Una captura del poder judicial por el Gobierno que lo desfigura y politiza. Una articulación territorial que, sin acabar de alcanzar un modelo federal, se desliza desde un supuesto <<federalismo asimétrico>> a un confederación también asimétrica. Y todo ello generando una marcada inseguridad jurídica y una pérdida de eficiencia institucional detectada ya por las instituciones medidoras de estas variables".  

"La dificultad para definir qué alcance se desea otorgar a la autonomía estratégica de la UE, para lo cual es prioritario definir su posición frente a Rusia y China (y hablar con una sola voz a Estados Unidos), especialmente frente a la primera, evitando que la fuerte dependencia energética de la Unión sea utilizada por Putin para dividir y enfrentar a los países europeos, lo muestra claramente".


Emilio Lamo de Espinosa, Entre águilas y dragones. El declive de Occidente, Barcelona, Espasa (Planeta), 2021, 390 p.

El primer fragmento copiado procede del apartado "La <<invención>> de cómo inventar (o la invención de la ciencia)", que está en las páginas 94 a 101. Los siguientes están en la página 343 y en la 346, en el "Epílogo para españoles", donde están las conclusiones o avisos para España. 

El autor es un sociólogo de notable trayectoria (ha sido fundador, director y presidente del Real Instituto Elcano, entre otros desempeños) y en este libro ofrece una descripción -informada y bien escrita- de la posición de España, de Europa y de Occidente en el escenario político global de nuestro tiempo. Un trabajo divulgativo de calidad, generoso en datos e informaciones que dan fundamento a las interpretaciones y conclusiones del autor. 

 Emilio Lamo de Espinosa Michels de Champourcin

Comentarios

  1. Muy interesante. Pero confunde ciencia y cultura. Toda ciencia forma parte de la cultura de una sociedad. Lo contrario no es cierto, véase, los terraplanistas. Y toda ciencia, todo descubrimiento tiene su contexto de descubrimiento en el que influye todo lo que él, sagaz, expone Véase la vacuna del corona y de la gripe anual .

    PD. ya va toca di una birra

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