Virginia Woolf, Al Faro

"Una vez apagadas todas las luces, la luna se hundió, se inició un tamborileo de llovizna sobre el tejado y sobrevino un chaparrón de inmensa oscuridad. Parecía que nada iba a poder escapar a aquella oleadas, a aquella inundación de oscuridad que, colándose por todas las rendijas y por el ojo de las cerraduras, se escabullía por las persianas y se iba tragando aquí una jarra, allá una jofaina o un florero lleno de dalias rojas y aculla los agudos perfiles  el bulto macizo de la cómmoda". 

"A la puesta del sol, las cosas pierden su nitidez y, a manera de niebla que asciende, la quietud se extiende y reina, se sosiega el viento, el mundo se precipita libremente en brazos del sueño, a oscuras, sin otra luz que aquella verde que le llega difusa a través de las hojas o palidecida entre las blancas flores de la ventana".

"Era como una gota de plata en la que uno moja e ilumina la oscuridad del tiempo pasado".


Virginia Woolf, Al Faro, Barcelona, Edhasa, 2003.

To the Lighthouse, 1927




Las citas son de las páginas  172, 194 y 235.

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